Agazapadas.

Unos puntos neutrales en cuanto a mi experiencia en torno a la música, me ha compuesto de un temple maleable en cuanto a los gustos de la popularidad de hoy en día.
Pero aun existiendo estos estándares que marcan estas propiedades de mi ser, pretenden ser un poco más explicitas, resonando mucho en lo que debe de ser, vamos, en un punto donde se clama la justicia con el artista y menos por el público. Ya que un ser que da un aporte necesario al arte, posee un punto clave en el desarrollo de una cultura positiva, dejando en claro de que se necesita conocer de mucho, para poder tener una anatomía definida y que sea firme ante cualquier reproche.
Pero en este mundo en el cual el arte ya es bien visto como negocio, y ya no como aquellas mentes le podrían pronunciar como un "talento", pierde escencia y gana voracidad.

Seres de predominante libertad musical, abarcan foros alternativos y aún así, pese a que es una manera impresionantemente efímera, aporta un ímpetu de simplicidad y de amor por el arte. Siendo eventos underground, hasta de los más estudiados, que sean de un auspicio intelectual.

El agazapamiento de estos artistas independientes, es mera culpa del consumidor de hoy en día, ya que de la música desprenden dos cualidades propias. Influencia y originalidad, per sé, solo una se adquiere por los medios, y la que queda sobrando, solamente es maleable, cuando ya no se encuentra un camino que ladear. Es por manera benefactora que lo menciono, y que prefiero que la gente por respeto, aprenda a tener un tino templado, y no un gusto influenciable. Por eso, el apoyo al artista, no es solamente la ganancia monetaria, si no el reconocimiento moral.

No al agazapamiento nacional.